
Responsabilidad de todos: Reciclaje de los residuos electrónicos
Los consumidores tienen un papel fundamental a la hora de lograr un correcto reciclaje de la basura electrónica, para ello deberán hacer uso de los espacios autorizados para estos residuos.
Los residuos eléctricos tienen sustancias que pueden causar graves daños al medio ambiente y la salud, como ocurre con el fósforo de un televisor, que puede contaminar hasta 80.000 litros de agua, así como los gases CFC de efecto invernadero presentes en los frigoríficos.
Si el usuario quiere deshacerse de un residuo eléctrico ha de depositarlo en el contenedor específico situado en el Punto Limpio más cercano, si compra uno nuevo en un distribuidor el establecimiento está obligado por ley a aceptarlo gratis y encargarse de él para que se gestione de forma conveniente. El Plan Renove de electrodomésticos es un buen momento para sustituir los viejos por otros nuevos de alto ahorro energético.
Una vez depositados en puntos autorizados, estos residuos son traslados a las plantas de tratamiento de RAEEs (Tratamiento de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), allí se procede a su desmontaje y descontaminación, para posteriormente seleccionar los elementos reutilizables tales como: metales férreos, metales no férreos, vidrios y plásticos, que serán reutilizados como materia prima.
Desde 2009, en La Bañeza (León) está ubicada la planta de tratamiento de residuos eléctrico Reciclalia, perteneciente al Grupo Fundosa, grupo empresarial de la Fundación ONCE. Esta empresa ofrece sus servicios en todo el territorio nacional, es CEE (Centro Especial de Empleo), y cuenta en su plantilla con el 89% son personas con discapacidad. Aportanto, por tanto, por una economía verde y la sostenibilidad medioambiental, como por un equilibrio socio empresarial.
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