Se muestra a un compañero de ILUNION en silla de ruedas

Persona de Movilidad Reducida (PMR): Qué es, tipos y derechos

A diario, muchas personas se encuentran con dificultades para moverse con libertad, ya sea por una lesión temporal, una discapacidad física o el paso del tiempo. A este colectivo se le conoce como persona con movilidad reducida o PMR.

La inclusión y la accesibilidad no dependen únicamente de leyes o ayudas, sino también de soluciones reales que eliminen barreras y faciliten la participación plena de todas las personas.

En este artículo te contamos qué implica ser una persona con movilidad reducida, los grados que existen, las barreras a las que se enfrentan y cómo los servicios de accesibilidad (Abre en nueva ventana) universal son un ejemplo de compromiso activo con la eliminación de barreras.

 

¿Qué es una persona con Movilidad Reducida (PMR)?

Una persona con movilidad reducida (PMR) es aquella que tiene limitada su capacidad para desplazarse de manera autónoma y segura, debido a una discapacidad física, sensorial, intelectual o psíquica, o por otras razones como la edad, un embarazo de riesgo o una lesión temporal.

Este concepto es más amplio que el de discapacidad, ya que incluye a todas aquellas personas que, por diversas circunstancias, enfrentan barreras en su movilidad.

La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) reconoce esta diversidad y la necesidad de adaptar los entornos para garantizar la accesibilidad universal.

 

¿Cuándo se otorga la Movilidad Reducida a una persona?

El reconocimiento de la movilidad reducida se apoya en varios pilares.

Primero, las valoraciones médicas o funcionales, donde profesionales de la salud determinan hasta qué punto una condición afecta la capacidad de una persona para moverse. A partir de ahí, el interesado puede solicitar un certificado de discapacidad o una resolución de movilidad reducida, documentos oficiales que abren la puerta a adaptaciones y ayudas.  

Contar con este reconocimiento permite acceder a las PMR a derechos tales como: el uso de tarjetas de estacionamiento para personas con movilidad reducida, servicios especiales en transporte público o adaptaciones en el entorno laboral y educativo.

 

Tipos de movilidad reducida

La movilidad reducida puede manifestarse de diferentes formas, dependiendo de las causas y la duración de la limitación.  

A veces, esa limitación es temporal (por ejemplo, tras una cirugía), y en otras, permanente (por ejemplo, una afección neurológica irreversible).  

Aquí te explicamos los tipos de movilidad reducida más comunes:

 

Movilidad reducida permanente

 

Se muestran las piernas de un hombre caminando con una pierna biónica

 

Afecta a quienes tienen una condición que no se puede revertir, como parálisis medular, amputaciones o enfermedades neurológicas. Su día a día implicará adaptaciones constantes, desde rampas hasta ayudas técnicas.

 

 

Movilidad reducida temporal

 

Se muestra un apierna escayolada y unas muletas

 

Incluye a personas con una recuperación en curso, por ejemplo, tras una cirugía, una fractura o un embarazo de riesgo. Aunque el problema no sea para siempre, durante ese tiempo necesitan apoyos concretos para moverse con seguridad.

 

 

Movilidad reducida por envejecimiento

 

Se muestra a un anciano de espaldas con un bastón y cierta dificultad para caminar

 

El envejecimiento trae consigo cambios físicos que afectan la autonomía, como la pérdida de masa muscular o problemas articulares. Muchas personas mayores, aunque no usen silla de ruedas, avanzan con lentitud y, a veces, requieren andadores o un entorno libre de obstáculos para evitar caídas.

 

Movilidad reducida por causas externas o del entorno

 

Se muestra un ejemplo de arquitectura urbana no accesible con una señora en silla de ruedas que no puede subir porque solo hay escaleras y no hay rampa

 

Aquí no hablamos de una condición intrínseca al individuo, sino de barreras que el entorno impone: arquitectura urbana no accesible, edificios sin ascensor, transporte público no adaptado o falta de asientos reservados.  

En esos casos, la limitación existe por la ausencia de estructuras accesibles, no por una discapacidad en sí.

 

Barreras que enfrentan las PMR

Aunque los avances legislativos han mejorado la accesibilidad, las personas con movilidad reducida se topan a diario con varios tipos de barreras:

  • Barreras físicas: bordillos muy altos sin rampas, escaleras sin alternativas accesibles, puertas estrechas o ascensores escasos en espacios públicos. Un pequeño escalón puede significar la diferencia entre entrar o tener que irse.
  • Barreras en el transporte: andenes sin elevadores, autobuses o trenes sin plataformas bajas, paradas sin espacio suficiente para sillas de ruedas o falta de asistencia en estaciones y aeropuertos. Imagina tener que planificar cada viaje en función de la accesibilidad de la estación.
  • Barreras digitales o de comunicación: páginas web sin etiquetas para lectores de pantalla, aplicaciones móviles con menús confusos o falta de subtítulos en contenidos audiovisuales.  
  • Barreras sociales o laborales: la falta de sensibilización a veces genera actitudes excluyentes: un puesto de trabajo inaccesible, la negativa a adaptar horarios o espacios, o simplemente la suposición equivocada de que alguien no “puede” desempeñar ciertas tareas.

En este punto, cabe poner en valor la existencia de entidades como ILUNION en las trabajamos cada día para derribar estas barreras.

Mediante el fomento de la accesibilidad universal (Abre en nueva ventana) y el diseño inclusivo (Abre en nueva ventana), avanzamos hacia ciudades y servicios donde todos puedan participar sin obstáculos.

 

Derechos de las personas con Movilidad Reducida

Los derechos de las personas con movilidad reducida están reconocidos en diferentes leyes y convenios. Si bien es cierto, muchas veces son desconocidos. Estos son algunos de los más importantes:

  • Plazas de aparcamiento reservadas. Las tarjetas de movilidad reducida permiten acceder a espacios de estacionamiento cercanos a destinos esenciales (hospitales, centros administrativos, centros comerciales). Para obtenerla, se debe contar con un certificado que acredite la limitación y cumplir con los requisitos establecidos por la administración local.
  • Prioridad y asistencia en transporte público. Las PMR tienen derecho a subir con prioridad en autobuses, trenes y metros, así como a asientos reservados. En muchas ciudades, existen servicios de asistencia para facilitar el acceso a las estaciones o para acompañarlos en el desplazamiento.
  • Accesibilidad universal. Este derecho implica que edificios públicos, espacios educativos, comercios y entornos digitales deben ser diseñados para que una PMR pueda acceder y moverse sin ayuda. Esto va desde la existencia de rampas y ascensores hasta páginas web adaptadas a lectores de pantalla.
  • Ayudas técnicas y productos de apoyo. Incluye la posibilidad de acceder a sillas de ruedas, andadores, prótesis, audífonos o cualquier dispositivo que facilite la movilidad. En muchos casos, estas ayudas están cubiertas total o parcialmente por la Seguridad Social o por programas de apoyo municipal.
  • Reconocimiento legal y administrativo. Obtener un certificado de discapacidad (igual o superior al 33%) además de permitir acceder a ayudas económicas o subvenciones, avala la necesidad de adaptaciones específicas en el entorno laboral, educativo o social.
  • Protección frente a la discriminación. Leyes como la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad prohíben cualquier trato discriminatorio por razón de movilidad reducida. Esto cubre desde la contratación laboral hasta la atención sanitaria y el acceso a servicios públicos.

Si quieres saber más sobre cómo tramitar estos derechos o necesitas asesoramiento, contacta con ILUNION (Abre en nueva ventana). Estamos aquí para acompañarte. 

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