Ana llegó a ILUNION en 2018. Llevaba más de 12 trabajando en consultoría, pero necesitaba un cambio. Aunque no tenía muy claro hacia dónde dirigirse, quería vincularse con el mundo social y aportar su granito de arena con la sociedad actual.  Entonces fue cuando “conocí el proyecto, me volví a ilusionar, encajaron las piezas del puzle y ¡aquí estoy!”, nos cuenta ella. 

Como parte del Departamento Corporativo de Sistemas y Tecnología, se siente protagonista de la transformación que está viviendo la compañía, lo que le provoca una gran satisfacción. Ana trabaja en estrecha colaboración con la Dirección de Gestión de Personas y Desarrollo de Talento, “estoy encantada de colaborar en los proyectos tecnológicos tan importantes que se están llevando a cabo actualmente”, reconoce. 

Su experiencia en ILUNION le ha supuesto un cambio en la forma de ver las cosas. “Desde fuera no eres tan consciente, pero es imprescindible incluir a las personas con discapacidad en el mundo laboral”. Por eso, trabajar en ILUNION es un orgullo, por ser una compañía que lo lidera y que “lo pone en el centro de sus esfuerzos”. “Ahora, me encanta contar a todo el mundo en sitio en el que trabajo”, afirma. 

Ana nos cuenta que de pequeña nunca tuvo claro a lo que se quería dedicar, fue el tiempo quien la fue colocando en su sitio. Sí tiene muy definidos sus planes a largo plazo, “mi meta es la felicidad, por eso es importante para mí sentirme bien con lo que hago y rodearme de buena gente”. Por eso, las ganas de mejorar cada día, la ilusión, la planificación y la organización son esenciales en su día a día profesional y personal. 

Afirma que la positividad y la paciencia son sus dos mayores cualidades, “con tres niños pequeños éstas son unas habilidades por las que me esfuerzo en mejorar cada día”. Disfruta mucho de su familia y de las personas que tiene cerca, y sus tres pequeños son el motor que le hacen crecer y aprender a disfrutar del día a día. 

En la oficina es fácil encontrar a Ana en la planta 8 de Torre ILUNION, con sus cascos enganchados al ordenador y una reunión de Teams a punto de finalizar para comenzar otra inmediatamente después. Los fines de semana los dedica a estar en el parque, a desconectar con sus amigos y a planificar cuál será su próximo viaje porque le encanta viajar, tanto que “podría perderme en cualquier parte”.