La transformación es el resultado del talento y la anticipación

Por Raquel Correa, jefa de Transformación de ILUNION 

Vivimos en un mundo que se caracteriza por una ausencia de guion, lo que plantea un gran reto a todas las organizaciones, que necesitan transformarse para dar respuesta a las necesidades de una realidad cada día más compleja, cambiante e interconectada.  

Para lograr la adaptación y la transformación continua, debemos revisar, cuestionar, reformular y crear estrategias que nos permitan anticiparnos y reaccionar ante los cambios del mercado. Si queremos sobrevivir en la era digital tenemos que disponer de un correcto alineamiento entre negocio, tecnología y personas.  

Cuando te involucras en este vórtice del cambio, te das cuenta del extraordinario poder de las personas en la transformación. Las personas son la columna vertebral de todas las organizaciones, y en nuestro caso, son nuestro motor de cambio, un pilar fundamental.  

Para conseguir evolucionar de la “gestión del cambio” a la “transformación” requerimos actuar sobre cuestiones enraizadas en las personas, modificando actitudes y comportamientos. La transformación empieza desde uno mismo, en nuestros hábitos, en nuestras costumbres, en la forma en la que nos comunicamos con el resto de los sistemas de la empresa.  

Apostar por la inteligencia artificial, la automatización de procesos, el trabajo colaborativo y por proyectos y las nuevas metodologías, nos va a permitir ser más ágiles, más eficientes y optimizar el talento interno. 

Desde ILUNION seguimos trabajando en crear una gestión del conocimiento y de cultura transformadora que nos permita solucionar los desafíos del presente y del futuro mediante el talento de las personas, implicándoles en la resolución de retos estratégicos y reconociendo las mejores ideas.  

Además del aprendizaje interno que nos ofrecen las personas de ILUNION, tenemos que trabajar en una vigilancia del entorno que nos permita estar al día de las tendencias empresariales que nos ayuden a evolucionar.  

En definitiva, preparémonos para un mundo, no más difícil, sino diferente.