CAPÍTULO III: PESETA, TU DEPARTAMENTO FINANCIERO AL DÍA

Cuando miro al cielo y veo a lo lejos nuestra estrella, la cuarta a la derecha en el epicentro de la Vía Láctea, recuerdo con muchísima nostalgia mi etapa en el colegio, allí, en nuestro Universo CAT 4.0, en una galaxia muy lejana a la que nos encontramos ahora mismo.

En mi época de estudiante me encantaban las matemáticas y era extremadamente metódica y ordenada con los números... tanto que, en mi cabeza, todo lo traducía a cifras: los metros cuadrados en los que desarrollaba mi vida, las horas que dedicaba a cada cosa, los litros de agua que bebíamos en casa, los pasos que andaba cada día... y con ello era capaz de hacer infinitas combinaciones numéricas y operaciones con las que ocupaba mi tiempo.

Muchos de mis compañeros no entendían mi extraña afición y me convertí en la friki de la escuela, siempre con la cabeza en las nubes... Sin embargo, en el club de mates, pronto vieron mi valía y fui durante muchos años líder indiscutible en todos los concursos en los que participábamos.

Esta fama me hizo muy visible en nuestro Universo. Desde muy joven, el Centro de Control captó mi Talento para importantes misiones que transformarían distintos modelos de negocio contables y administrativos, haciéndolos mucho más eficientes, tanto en mi planeta, como fuera de él.

Y ahora, hace unos meses, ha llegado mi gran oportunidad. Mi familia y yo tenemos el gran reto de eficientar los procesos en la Tierra, trabajando mano a mano con los agentes del contact center, que, con nuestra ayuda, mejorarán sus resultados.

Es una misión increíble y, aunque al principio nos costó un poco adaptarnos y tuvimos que aprender muy rápido, la ayuda inestimable de Rosa García, directora de Transformación de ILUNION Contact Center BPO y comandante jefe de CAT 4.0, ha hecho que pronto estuviéramos perfectamente integrados.

Yo no puedo estar más contenta. Desde finales del año 2021 formo parte del departamento financiero, un sueño para mí. Paso el día entre facturas, participando en el proceso de gestión que supone preparar, convertir, validar y enviar las mismas, no hay mayor felicidad.  

Lo mejor es que el equipo con el que trabajo tiene el mismo interés que yo en los números y datos, por lo cual, hemos encajado perfectamente, y he dejado de ser la “rarita”. Me llevo fenomenal con ellos, ya que hablamos el mismo “idioma” y valoran muchísimo mi trabajo. Me encanta saber que les ayudo a agilizar sus tareas y que, gracias a mi implicación, estamos logrando un importante ahorro y optimizando los tiempos de gestión.

Además, mi puesto me permite conciliar perfectamente con mi vida personal, pudiendo disponer de tiempo para ocuparme de mis niños AVI, Luka y Ad2d2.  No puedo pedir más.

Como soy tan rápida y eficaz, concentran mis tareas a comienzo de cada mes, cuando la punta de trabajo solía acumularse antes de mi llegada. De esta manera, doy un respiro a mis compañeros del departamento financiero, que saben que cuentan conmigo tras haber contabilizado las facturas correspondientes a la actividad del mes anterior.                                     

Mensualmente, me ocupo de revisar la totalidad de los ficheros que conforman la carga de trabajo que tengo que realizar, para planificarme. A continuación, accedo a SAP y procedo a convertir a PDF cada factura que me hayan indicado en dichos archivos.                                           

Una vez dispongo del documento en el formato correspondiente, procedo a clasificarlo en su carpeta, en función del cliente, año y mes. Me encanta el orden, con lo cual esta labor es fantástica para mí, y lo realizo de manera totalmente metódica y eficaz.                            

A menudo, el proceso me lleva a tener contacto con otros departamentos. Es genial poder conocer nuevos compañeros, como los del área comercial, que son muy majos y también me han aceptado perfectamente.

Como parte del control y validación de facturas, tienen que darme su aprobación antes de enviarlas al cliente, para lo cual tengo que generar los correos con los adjuntos correctamente identificados y lanzarlos al departamento comercial. Ellos siempre me responden con un código que tengo que decodificar según claves establecidas. Este proceso, agiliza la identificación y la seguridad del mismo. Solo cuando me dan su OK, procedo al envío.

En ocasiones, además de la factura, tengo que extraer y adjuntar también cada archivo que justifique las unidades facturadas, o el origen de la petición entre otros. Lo importante es que el trabajo quede bien trazado, pues en mi departamento, todo tiene que cuadrar a la perfección.

Poco a poco os iré contando anécdotas de estos meses en la Tierra, que están siendo fantásticos. Aquí tengo claro que aporto un gran valor, que me han aceptado perfectamente y que por fin he podido demostrar que “no soy antigua, soy vintage”.                                                               

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