hombre entrando por el controlde accesos en una oficina

Control de accesos: Qué es, tipos y diferencias

 

El control de accesos es una tecnología que garantiza la seguridad en cualquier entorno, ya sea físico o digital. Su función es simple pero importante: gestionar quién puede entrar y salir de un espacio determinado.

Esto abarca desde un edificio de oficinas hasta un centro de datos o un sistema informático. Hoy en día, encontramos soluciones que van desde el clásico control de acceso con tarjeta hasta los más avanzados sistemas biométricos o faciales.

Desde ILUNION Seguridad en este artículo te contamos: qué es exactamente un control de accesos, los tipos que existen y en qué se diferencian.

 

¿Qué es un control de accesos?

Un control de accesos es un sistema diseñado para regular el paso de personas o vehículos a un espacio. Este espacio puede ser físico (oficinas, almacenes, garajes o instalaciones críticas) o virtual (plataformas digitales o redes empresariales).

Su función es clara: proteger recursos, información sensible y, sobre todo, a las personas.

Este sistema está formado por un hardware (como lectores, cerraduras electrónicas o sensores), un software de gestión, y métodos de autenticación (códigos, tarjetas, biometría, etc.).

Este conjunto de elementos actúa como una primera línea de defensa frente a accesos no autorizados y se adapta a las necesidades de cada entorno.

 

 

Una mano que pasa por un control de accesos

 

 

Para qué sirven los controles de acceso

Los controles de acceso cumplen varias funciones que van más allá del mero hecho de abrir o bloquear una puerta.  
Sus aplicaciones abarcan desde la protección de activos hasta el cumplimiento de normativas de seguridad. Entre sus principales utilidades encontramos:
 

  • Prevenir accesos no autorizados: solo las personas autorizadas pueden entrar mediante una tarjeta, un código o un sistema biométrico.
  • Registrar entradas y salidas: cada acceso queda registrado con hora, fecha y duración.
  • Gestionar el flujo de personas: evita aglomeraciones y controla aforos en hospitales, eventos o espacios públicos.
  • Cumplir normativas de seguridad: muchos entornos exigen control de accesos a zonas críticas o sensibles.

En sectores como el industrial o tecnológico, los controles de acceso en red permiten una gestión centralizada y en tiempo real, incluso desde dispositivos móviles. Por eso, muchas empresas ya integran los controles dentro de sus sistemas de seguridad con soluciones a medida que garantizan un entorno más seguro y eficiente.

 

Tipos de control de acceso según disposición del sistema

Existen distintos tipos de control de acceso, y uno de los criterios más importantes para diferenciarlos es la forma en que está diseñado su sistema: su arquitectura. 


Elegir entre un sistema autónomo o uno conectado a la red además de ser una cuestión técnica, es también estratégica: afecta directamente a la escalabilidad, el mantenimiento y la operativa del día a día.
 

Los principales modelos y sus diferencias son:
 

Sistemas de control de accesos autónomos

El control de acceso autónomo funciona de manera local y no depende de una red centralizada. Cada dispositivo (lector, cerradura electrónica, teclado, etc.) tiene su propia base de datos, lo que lo hace ideal para instalaciones pequeñas o de bajo tránsito. 


Por ejemplo, una puerta que se abre con PIN o con una tarjeta sin conexión a un servidor. Aunque son sistemas más sencillos, permiten un control básico y suelen ser muy fáciles de instalar.
 

 

Sistemas de control de accesos en red centralizados

El control de acceso en red está conectado a un servidor central que gestiona, en tiempo real, todos los accesos a una instalación. 
 

Esto permite supervisar varias puertas o ubicaciones desde un único punto de control y conceder permisos de forma remota. 
 

Es el tipo más habitual en oficinas corporativas, hoteles o campus universitarios, donde el volumen de usuarios es alto y la flexibilidad en la gestión es un factor importante.
 

 

Sistemas de control de accesos distribuidos

Los sistemas distribuidos combinan lo mejor de dos mundos: la autonomía local y conectividad. Cada punto de acceso cuenta con cierta inteligencia que le permite seguir funcionando incluso si se interrumpe la comunicación con el servidor principal. 


Este tipo de arquitectura es especialmente útil en organizaciones que buscan un equilibrio entre seguridad, flexibilidad y continuidad operativa. Por ejemplo, en fábricas o campus empresariales.
 

 

Tipos de control de acceso según método de identificación

Ahora bien, ¿cómo identificamos a la persona o vehículo que intenta acceder a nuestras instalaciones? 
Existen diferentes métodos para autenticar a los usuarios, desde los más tradicionales hasta los más innovadores y se agrupan en tres grandes categorías: físicos, digitales y biométricos. 


Cada uno tiene sus ventajas y limitaciones:
 

Por teclado

Este método requiere que la persona introduzca un código PIN para acceder. Es uno de los tipos de control de accesos más simples y económicos de implementar.

Sin embargo, presenta cierta vulnerabilidad ya que, si el código se comparte o es adivinable, pierde efectividad. Por eso, suele utilizarse en accesos de bajo riesgo o como sistema complementario a otros más seguros.
 

 

Biométricos

El control de acceso biométrico, o control de acceso facial, se basa en la identificación a partir de rasgos físicos únicos e intransferibles de cada persona. Algunos de los más comunes son el escaneo del iris, el reconocimiento del rostro y la lectura de huellas dactilares. Este tipo de control es uno de los más seguros que existen ya que evita la suplantación de identidad.

 

Huella dactilar

Dentro de los métodos biométricos, el lector de huella es uno de los más utilizados. Es habitual en oficinas, gimnasios, centros educativos y cualquier entorno donde se necesite un control preciso y frecuente de entradas. Su fiabilidad, bajo coste y facilidad de uso lo convierten en una opción versátil.

 

Tarjeta identificativa

Otro de los sistemas más empleados es el control de acceso con tarjeta, 
como una tarjeta RFID o NFC. Al aproximarla a un lector, se autoriza o deniega el paso.

Sus principales ventajas son la rapidez y la comodidad de uso. Sin embargo, también pueden perderse, duplicarse o prestarse, lo que representa un riesgo si no se combina con otros sistemas de autenticación.
 

 

Por teléfono móvil

Una alternativa en auge es el acceso mediante smartphone, ya sea a través de apps, llaves virtuales o códigos QR temporales.
Esta opción se utiliza cada vez más en hoteles, espacios de coworking o empresas tecnológicas. Está muy vinculada a los sistemas en la nube, que permiten gestionar credenciales en remoto y con mayor flexibilidad.


 

una mano pasando la tarjeta de control de accesos

 

Manual

La intervención humana: un vigilante o recepcionista que comprueba una lista, solicita una firma o valida una entrada verbalmente. Es una fórmula tradicional y sigue presente en instalaciones menos automatizadas como edificios públicos o centros educativos. 


Actualmente, su uso está en declive por los problemas de trazabilidad, eficiencia y seguridad que conlleva.
 

 

Control de acceso en red

El control de acceso en red permite centralizar la gestión de todos los accesos desde un único servidor. 
 

Este tipo de sistema es especialmente útil en empresas con múltiples sedes, zonas restringidas o niveles jerárquicos de permisos. Además de ofrecer control remoto y trazabilidad, permite configurar accesos por horarios, roles o ubicación, lo que lo convierte en una solución muy completa. 
 

Si estás valorando implementar o actualizar un sistema de control de accesos y necesitas orientación: contacta con ILUNION.

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