Imagen trabajador de Flisa

Cuando la crisis entra por la puerta, la RSC salta por la ventana

El cumplimiento de la RSC tiene una parte que se refiere a la “acción voluntaria que la empresa quiera emprender para mejorar la calidad de vida de sus empleados, las comunidades en las que opera y de la sociedad en su conjunto”, siempre según el Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)

Esta palabra, “voluntaria”, es lo que provoca que en épocas de bonanza las empresas estén más motivadas para implantar diferentes políticas, tienen ganas de comunicarlas. Son empresas orgullosas que presumen de estas buenas prácticas, que a todas luces tienen un objetivo admirable y con un impacto positivo en la sociedad. Pero…¿qué pasa cuando la última línea de la cuenta de resultados no es como esperábamos? Cuando se tiene que recortar en personal, se tienen que ajustar salarios, se tiene que prescindir de centros…ya no está el ánimo para pensar en la sociedad. Estas empresas se centran en sus empleados, sus clientes, sus proveedores y ya no tienen tiempo, ni ganas, ni dinero para seguir pensando en la sociedad en su conjunto. Reducen sus preocupaciones a un micro cosmos creado a su alrededor. 

Por suerte, nosotros trabajamos en una empresa donde las prácticas de RSC no están de moda. Las modas son pasajeras y aquí en Flisa trabajamos teniendo clara nuestra misión (…“la creación de empleo de calidad para el colectivo de las personas con discapacidad…), visión (…”crecimiento armónico y sostenible bajo las premisas de respeto a nuestro entorno y a la sociedad en general”…) y valores (…”compromiso social, calidad, innovación y sostenibilidad”…). 

Como ejemplos prácticos de los que estamos orgullosos en Flisa, podemos hablar, por supuesto, de la creación de puestos de trabajo de calidad para personas con discapacidad. Actualmente, 2.700 familias de personas con discapacidad cuentan con una seguridad laboral, integración en la sociedad y forman parte de un equipo en constante crecimiento que es líder en su sector. 

Dentro de la creación de empleo y de la calidad del mismo, desde el departamento de RRHH se ha diseñado y aprobado un programa de Ayudas Sociales con más de 50 opciones que abarcan la familia, formación y deporte, ayudas técnicas, ayudas asistenciales, vivienda, emancipación…con un presupuesto de 450 mil euros. 

Desde el departamento de I+D+i se potencia la reducción de emisión de sustancias emitidas al medio ambiente, buscando fórmulas que para obtener ahorros de consumos energéticos en la optimización de los procesos de lavado. Tratamos de reducir el agua que se utiliza en cada lavado, llegando a cifras que parecen increíbles. Un kilogramo de ropa lavada en Flisa utiliza 2 litros de agua, mientras que el mismo necesita 33 litros si lo lavamos en casa!. 

Este tipo de medidas las hacemos de forma interna, pero para llevar a cabo otras necesitamos involucrar a nuestros clientes. Un ejemplo claro es la reducción del plástico que se solía utilizar para transportar la ropa limpia. Seamos nosotros, o sean ellos, alguien tiene que deshacerse de este tipo residuos y la consecuencia es para todos. Para ello, hemos logrado ponernos de acuerdo con la mayor parte de ellos y ya tenemos plantas donde se ha sustituido íntegramente el plástico por “fajas”. 

Estos ejemplos se hacen a gran escala, pero siguiendo el lema de “Think globally, act locally", en las oficinas de Flisa hemos eliminado impresoras, utilizamos papel reciclado, se han reducido las comunicaciones en papel pasando al correo electrónico…

Seguimos trabajando sobre estas bases, y a veces dan ganas de no llamarlo RSC porque parece que nos unimos a las tendencias actuales, pero…todos tenemos claro que ya sabíamos de qué se trataba antes de conocer su denominación. 

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